domingo, 7 de agosto de 2011

Encabronada


Esto de no ser una columnista reconocida favorece el abandono del blog en algunas épocas, pero hoy lo retomo para decir que además de indignada estoy encabronada. 

Hace un rato he bajado a por el periódico para darle un descanso al aire acondicionado de casa que lo tengo explotado y al volver me he encontrado con un cartel que me ha revuelto las tripas. No se podrá estacionar en la calle Príncipe de Vergara  del 16 al 21 de agosto para evitar molestias. ¿Molestias para quién? ¿Acaso el Papa va a estar del 16 al 21 de agosto Príncipe de Vergara para arriba, Príncipe de Vergara para abajo? 

Hay quienes están a favor de dicha visita sin tener nada que ver con la Iglesia, el Vaticano o la derecha católica, apostólica y romana. ¿Por qué se puede paralizar todo por un mundial de fútbol y no por la visita papal? ¡Ojo! Que yo creo que hay diferencias… la más obvia es que no es lo mismo una noche que una semana, la principal es quién financia cada acontecimiento y la más vil es que no se puede ir dando (h)ostias a quien no quiere comulgar…

Yo que vivo al lado del Bernabeu y cada dos fines de semana me enervan las hordas que pasean por las calles antes y después del partido, no quiero ni pensar cómo será vivir por la zona de Cuatro Vientos en esa fecha. Y ya una cuestión que no es que me moleste pero me inquieta: ¿para qué se van a poner 200 confesionarios en el Retiro? ¿Por si se ha pecado por el camino? 

Madrid en agosto es maravilloso, no hay casi gente, hay múltiples sitios para aparcar (el otro día salí a Serrano y parecía la Gran Vía en “Abre los ojos”) y tienes miles de ofertas en la ciudad sin tener que pegarte con cuatro millones de personas, pero la calma de este agosto se verá alterada en 220 horas y 40 minutos, que ya lo anuncia la web de la Jornada Mundial de la Juventud. Sálvese quien pueda…

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